viernes, 8 de noviembre de 2013

Antonio Muñoz Molina. Principe de Asturias de las Letras 2013


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FRAGMENTOS DEL DISCURSO DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA EN LA ENTREGA DEL PRINCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS EN EL TEATRO CAMPOAMOR DE OVIEDO

             Escribir empieza siendo casi siempre un sueño o un capricho o una vocación imaginaria. Pero el sueño, el deseo, el capricho, no llegan a cuajar en nada si no se convierte en un oficio. Un oficio, cualquier oficio, requiere una inclinación poderosa y un largo aprendizaje. Un oficio es una tarea que unas veces resulta agotadora o tediosa por la paciencia y el esfuerzo sostenido que exige, pero que también depara, cuando las cosas salen bien, momentos de plenitud, y permite entonces la recompensa de un descanso que es más placentero porque se siente bien ganado, al menos hasta cierto punto………..
         Hay algunas singularidades en el oficio de escribir, como las hay en cualquier otro. La primera es que la necesidad humana que satisface es una de las más intangibles, aunque también una de las más universales: la de saber historias y la de contarlas, es decir, dar una forma inteligible al mundo mediante las palabras. Una historia, de ficción o no, propone un modelo universal de un cierto campo de la experiencia a partir de la observación de los datos particulares de la vida.  Nuestra variedad moderna del mito es la ficción, en todas sus variedades, desde las más banales, más toscas, más comerciales y efímeras, hasta las más hondas y exigentes, desde la telenovela y el videojuego a Don Quijote o Moby-Dick o a un cuento de mi querida Alice Munro.
          Quien escribe sabe que ha de dedicar a su oficio tantas horas y tantos años como un artesano al suyo, y que sin esa dedicación no logrará completar nada de valor. Pero también sabe que la entrega, por sí misma, no garantiza la calidad del resultado, porque la experiencia y la dedicación pueden conducirlo al amaneramiento anquilosado y a la parodia de sí mismo. El desaliento ante las incertidumbres del oficio se acentúa más en tiempos de incertidumbres tan amargas como estos. Es difícil hablar de la perseverancia y el gusto del trabajo en un país en el que tantos millones de personas carecen angustiosamente de él. Es casi frívolo divagar sobre la falta de correspondencia entre el mérito y el éxito en literatura en un mundo donde los que trabajan ven menguados sus salarios mientras los más pudientes aumentan obscenamente sus beneficios, en un país asolado por una crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia, donde la rectitud y la tarea bien hecha tantas veces cuentan menos que la trampa o la conexión clientelar; un país donde las formas más contemporáneas de demagogia han reverdecido el antiguo desprecio por el trabajo intelectual y conocimiento.
                Aun así, y dejando las responsabilidades de la ciudadanía en el lugar que les corresponde, el único remedio aceptable que conozco contra el desaliento del oficio es el oficio mismo. Escribir poniendo artesanalmente en cada palabra los cinco sentidos. Escribir sin concederse la menor indulgencia. Escribir aceptando y disfrutando la soledad y agradeciendo el entramado de otros oficios fundamentales que lo convierten en uno de los oficios menos solitarios y más colectivos del mundo, como es solitario y colectivo el del músico y el del científico; agradeciendo el oficio del editor, del corrector de pruebas, del traductor, del librero, del crítico, el de otros escritores de los que uno aprende admirándolos, el oficio del que enseña a leer y del que trasmite en un aula el amor por la literatura; agradeciendo el oficio más placentero de todos, que es el del lector. Escribir con el miedo a no tener lectores y con el miedo a perderlos, sobreponiéndose lo mismo a los elogios que a las heridas. Escribir porque a pesar de todas las negaciones y las imposibilidades la escritura, como cualquier oficio, es sobre todo un acto de afirmación. Escribir porque sí.

   
         

viernes, 11 de octubre de 2013

NUEVAS NOVELAS EN LA BIBLIOTECA


 COMIENZA EL CURSO LEYENDO

Mario Vargas LLosa, El héroe discreto, Alfaguara
Javier Moro, Pasión India, Seix Barral
Khaled Hosseini, Y las montañas hablaron, Salamandra
Rosa Montero, La ridícula historia de no volver a verteSeix Barral
Lena Mujina, El diario de Lena, Ediciones B.S.A.
Julia Navarro, Dispara, yo ya estoy muerto, Plaza Janés
Angeles Caso, Las casas de los poetas muertos, Planeta
Henning Mankell, Huesos en el jardín, Tusquets
David Foenkinos, Estoy mucho mejor, Seix Barral
John Williams, Stoner, Baile del Sol 
George Martin, Canción de hielo y fuego, Volúmenes 1 y  2
Federico Moccia, Ese instante de felicidad, Planeta
Joël Dicker, La versad sobre el caso Harry Quebert, Alfaguara
Carlos Ruiz Zafón, El juego del Ángel, Planeta

jueves, 25 de abril de 2013

El escritor español José Manuel Caballero alza el Premio Cervantes 2013PREMIO CERVANTES PARA CABALLERO BONAL

El poeta y novelista español José Manuel Caballero Bonald ganó hoy el premio Cervantes 2012, considerado el Nobel de las letras hispanas.

El ministro de Educación y Cultura español, José Ignacio Wert, dio a conocer el triunfo del autor, junto al jurado que lo escogió. El presidente de este grupo, el académico Darío Villanueva, destacó la obra del escritor.
"Se trata de un poeta que no ha guardado todavía la pluma y que sigue presente en nuestro repertorio poético de hoy", indicó, afirmando que el premiado es "una figura de las más destacadas de la literatura española, que tiene una marcada proyección iberoamericana".

"Es un escritor que vivió en América Latina, que ha mantenido siempre un contacto muy intenso con la literatura escrita en español en aquellas latitudes, es por lo tanto muy conocido y muy apreciado por los hispanohablantes y los hispanolectores, si podemos usar esta expresión, al otro lado del océano", añadió Villanueva.

Con la concesión del Cervantes a Caballero Bonald se cumple la regla no escrita de este galardón de alternar cada año un autor español y otro latinoamericano, después que el pasado año, el considerado Nobel de las Letras hispanas fuese concedido a Nicanor Parra.

miércoles, 10 de abril de 2013

Muere el escritor y economista José Luis Sampedro


El humanista, símbolo del compromiso intelectual y ciudadano y referente del movimiento indignado, fallece a los 96 años en su casa de Madrid

 

El intelectual manifestó su deseo de morir como había vivido, sin estridencias, sin ruido, sin actos de homenaje. Por expreso deseo del autor, la noticia de su fallecimiento no se ha conocido hasta esta mañana porque quería "irse" de "manera sencilla y sin publicidad", según su viuda Olga Lucas

El escritor, humanista y economista español ha destacado siempre por su defensa por una economía «más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos». El autor de«La sonrisa etrusca» ha ejercido un humanismo crítico acerca de la decadencia moral y social de Occidente, del neoliberalismo y los excesos del capitalismo. En este sentido, una de sus últimas aportaciones fue su prólogo a la edición española del libro«¡Indignaos!» de Stéphane Hessel, también fallecido el pasado mes de febrero.

Bibliografía:
- Novela:
«La estatua de Adolfo Espejo» (1939)
«La sombra de los días» (1947)
«Congreso en Estocolmo» (1952)
«El río que nos lleva» (1961)
«El caballo desnudo» (1970)
«Octubre, octubre» (1981)
«La sonrisa etrusca» (1985)
«La vieja sirena» (1990)
«Real Sitio» (1993)
«El amante lesbiano» (2000)
«La senda del drago» (2006)
«Cuarteto para un solista» (2011)
- Cuento:
«Mar al fondo» (1992)
«Mientras la tierra gira» (1993)
- Otras obras:
«Escribir es vivir» (2005): libro autobiográfico escrito en colaboración con Olga Lucas.
«La escritura necesaria» (2006)
«La ciencia y la vida» (2008): diálogo junto al cardiólogo Valentín Fuster ordenado por Olga Lucas.
«Reacciona» (2011)