martes, 17 de enero de 2012

El Premio Nacional de las Letras reconoce el compromiso de José Luis Sampedro

Escritor, humanista y economista, la voz de José Luis Sampedro (Barcelona, 1917), ha saltado las barreras generacionales para proclamarse en los últimos meses en estandarte del desencanto juvenil en España. El Premio Nacional de Las Letras 2011 ha recaído en un hombre que aboga por una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos", para quien la "productividad, competitividad e innovación" deberían ser sustituidas por "repartición, cooperación y recreación". Sampedro es uno de los referentes intelectuales y morales de los indignados del movimiento del 15-M, algo que ha popularizado su figura enormemente este último año.
El escritor, humanista y economista se ha proclamado en los últimos meses en estandarte del desencanto juvenil. "El sistema está roto y perdido, por eso tenéis futuro", ha dicho el escritor refiriéndose a esa juventud, según él, no tan perdida. Sampedro alcanzó esa primera línea social tras su prólogo del célebre libro Indignados, del diplomático francés Stéphane Hessel.

Pensamiento comprometido
El galardón reconoce su pensamiento comprometido, que le ha permitido conciliar la profundidad de sus escritos económicos con los literarios. Entre sus obras económicas destacan Principios prácticos de localización industrial (1957), Realidad económica y análisis estructural (1959), Las fuerzas de nuestro tiempo (1967), Conciencia del subdesarrollo (1973), Inflación: una versión completa (1976), El mercado y la globalización (2002), Sobre política, mercado y convivencia (2006) y Economía humanista. Algo más que cifras (2009).
Esta concepción humanista, "que abarca desde la economía a la vida, alienta también lo más destacado de su producción literaria, donde destacan obras claves de la narrativa española de fin de siglo": Octubre, octubre (1981), La sonrisa etrusca (1985), La vieja sirena (1990), Real Sitio (1993), El amante lesbiano (2000), Escribir es vivir (2003), La senda del drago (2006), y La ciencia y la vida (2008). Es la suya una producción prolífica, desarrollada al margen de las corrientes literarias y marcada por su postura vital de contribuir, desde la educación, la cultura y la transmisión del saber, a la consecución de un mundo mejor.