domingo, 27 de marzo de 2011


DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

Durante el 9º Congreso Mundial del ITI (Instituto Internacional del Teatro) celebrado en junio de 1961 el Presidente Arvi Kivimaa propuso en nombre del Centro Finlandés del ITI que fuera instituido un Día Mundial del Teatro, y, desde entonces, cada año el 27 de marzo (fecha de la apertura de 1962 del "Teatro de las Naciones" temporada en París), el Día Mundial del Teatro se celebra en muchas y variadas formas por los Centros Nacionales del ITI.
Cada año, una persona es invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional, es lo que se conoce como el Mensaje Internacional. Este mensaje se traduce a más de veinte idiomas y es leído por decenas de miles de espectadores antes de las representaciones en teatros de todo el mundo.
Este año, la encargada de dicho mensaje es Jessica Kaahwa, dramaturga, actriz, directora y maestra de teatro, que ha sido galardonada con numerosas becas y premios para sus investigaciones en las que "utiliza" el teatro como una fuerza constructiva y para mejorar la salud, en las zonas de conflicto.

Mensaje del Día Mundial del Teatro 2011
Un discurso a favor del Teatro como servicio a la humanidad Jessica A. Kaahwa, Uganda.

La celebración de hoy es un reflejo fiel del inmenso potencial que posee el teatro para movilizar comunidades y tender puentes.
¿Han pensado alguna vez que el teatro podría ser una herramienta muy poderosa para la paz y la reconciliación? Mientras las naciones gastan colosales sumas de dinero en misiones de paz en zonas de conflictos bélicos por el mundo, se presta muy poca atención al teatro como alternativa personalizada para la gestión y transformación de conflictos. ¿Cómo pueden los ciudadanos de la madre tierra alcanzar la paz universal si los instrumentos que se emplean provienen de poderes externos y aparentemente represivos?
El teatro impregna sutilmente el alma humana presa del miedo y la desconfianza, alterando su propia imagen y abriendo un mundo de alternativas para el individuo y, por tanto, para la comunidad. Puede aportar significado a la realidad diaria mientras previene un futuro incierto. Puede participar en temáticas de política social de forma sencilla y directa. Al ser integrador, el teatro puede presentar experiencias capaces de transcender las ideas erróneas preconcebidas.
Además, el teatro es un medio probado de progreso y defensa de las ideas, que mantenemos y por las que estamos dispuestos a luchar cuando no se respetan, de forma colectiva.
Para anticipar un futuro de paz, debemos comenzar usando medios pacíficos que busquen comprender, respetar y reconocer las aportaciones de cada ser humano en la tarea de esta búsqueda de la paz. El teatro es ese lenguaje universal a través del cual podemos promover mensajes de paz y reconciliación.
Permitiendo a cada participante comprometerse activamente, el teatro puede hacer que muchos individuos deconstruyan ideas preconcebidas y, de esta forma, ofrece al individuo la oportunidad de renacer para tomar decisiones basadas en conocimientos y realidades redescubiertas. Para que el teatro crezca con fuerza, entre otras formas de arte, debemos dar un paso decidido hacia adelante incorporándolo en la vida diaria, abordando asuntos críticos de conflicto y paz.
En su búsqueda de transformación social y reforma de las comunidades, el teatro ya existe en áreas devastadas por la Guerra y entre poblaciones que sufren pobreza o enfermedad crónica. Hay un número creciente de historias donde el teatro ha sido capaz de movilizar con éxito audiencias para construir conciencia y para atender a víctimas de traumas de postguerra. Plataformas culturales como el “Instituto Internacional del Teatro” que tienen como objetivo “consolidar la paz y la amistad entre los pueblos” ya están en marcha.
Es por tanto una farsa mantenerse callados en momentos como el nuestro, conociendo el poder del teatro, y permitir a los que empuñan armas y lanzan bombas ser los pacificadores de nuestro mundo. ¿Cómo pueden estas herramientas de alienación ser también instrumentos de paz y reconciliación?
Os exhorto, en este Día Mundial del Teatro, a reflexionar sobre esta posibilidad y a proponer al teatro como herramienta universal de diálogo, transformación y reforma social. Mientras las Naciones Unidas gastan colosales cantidades de dinero en misiones de paz por todo el mundo, por medio del uso de las armas, el teatro es una alternativa espontánea, humana, menos costosa y de lejos, mucho más poderosa.
Si bien puede que no sea la única respuesta para conseguir la paz, el teatro debería ser incorporado sin duda como una herramienta eficaz en las misiones de paz.
Translation: Proyecto ÑAQUE

sábado, 19 de marzo de 2011

LA PRIMAVERA


Botticelli, Alegoría de la primavera

Según la definición que da la Real Academia Española, un mito es una “narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad”.
Los mitos antiguos intentan dar una explicación a aquello que los hombres, por los conocimientos que en aquel momento tenían, no podían comprender.
El mito que a continuación exponemos, está tomado de las Metamorfosis de Ovidio y es la interpretación, que hacen los romanos, del origen de las estaciones.

CERES Y EL RAPTO DE PROSERPINA
Un día la diosa Venus le pidió a su hijo Cupido que lanzase sus flechas al corazón de Plutón, dios del Tártaro. Cupido obedeció a su madre, escogió la más aguda e infalible de sus flechas y atravesó con ella el corazón Plutón.
No lejos de allí había un lago profundo, rodeado de un espeso bosque, que impedía el paso de los ardientes rayos de Febo, el Sol. Eterna era allí la primavera, pues el frescor hacía brotar de la tierra flores multicolores. Allí se entretenía Proserpina con sus compañeras recogiendo violetas y lirios blancos, cuando en un instante la tierra se abrió bajo sus pies y fue raptada por el dios. Aterrorizada, la joven diosa gritó llamando a su madre, mientras se le desgarraba el vestido y caían de sus manos las flores que había recogido. El raptor la cogió en brazos y con ella cruzó sin descanso campos y lagos profundos. Al fin, abrió un cráter en la tierra y, a través de él, llegó hasta el Tártaro, en los infiernos. Ceres, angustiada, buscó a su hija por todos los rincones de la tierra, pero todo fue inútil. Proserpina había desaparecido. Ni la Aurora de cabellos rosados, que aparece en el cielo por la mañana, ni el Lucero de la tarde sabían nada de ella. Mas no por ello abandonó Ceres la búsqueda. Al fin, un día vio flotando en un lago el cinturón que Proserpina había perdido en la veloz carrera de Plutón. En ese momento tomó Ceres conciencia de que su hija había sido raptada. Llena de cólera, rompió allí mismo con mano cruel los arados y, mientras daba muerte por igual a hombres y a bueyes, ordenó a la tierra que no fructificaran las semillas ya sembradas. Las tierras se convirtieron en un desierto.
Compadecida de la situación, sacó entonces la cabeza de las aguas del lago la ninfa Aretusa que habló así a Ceres:
«¡Oh diosa! No te enfurezcas contra esta tierra, que siempre ninguna falta ha cometido. Con mis propios ojos he visto en el Tártaro a tu hija. Triste y asustada estaba aún, pero reina es al fin; y no de un lugar insignificante, sino de todo el mundo subterráneo, como esposa del soberano Plutón.»
Ceres, al escuchar las palabras de Aretusa, se quedó perpleja, mientras un intenso dolor se adueñaba de ella. Sin decir palabra, se alejó en su carro hacia las regiones celestes; allí, con el rostro ensombrecido por la ira se plantó ante Júpiter y le dijo estas palabras:
«Vengo ante ti para suplicar por mi sangre y también por la tuya, Júpiter. Pues espero que te conmueva la suerte de nuestra hija. Después de larga búsqueda, al fin sé dónde está y qué le ha ocurrido. Pero, estoy dispuesta a perdonar el rapto, si Plutón me devuelve a mi hija.»
Así contestó Júpiter a esas palabras: «Comparto contigo la preocupación y el amor por nuestra hija; pero, en honor a la verdad, lo que ha ocurrido no es un crimen, sino obra del amor. Y, si tú estuvieras conforme, no me importaría tener por yerno a Plutón. A pesar de ello, si tanto deseas que se separen, Proserpina volverá contigo al cielo; pero lo hará con una estricta condición: no debe tocar con su boca ningún alimento de allí. Pues esa es la ley del mundo de las sombras.»
Ceres decidió recuperar a su hija, pero no lo permitió del todo el destino. Proserpina, con la ingenuidad de sus pocos años, no cumplió la condición expresada por su padre. Mientras paseaba un día por un huerto de frutales, cogió el fruto de un hermoso granado. Siete granos le arrancó con sus dientes y los masticó en la boca. Tuvo entonces Júpiter que hacer de mediador entre el dolor de Ceres y las exigencias de Plutón: dividió el año en dos mitades y, a partir de ese día, Proserpina, diosa compartida entre el mundo de la luz y el de las sombras, pasa con su madre el mismo número de meses que con su esposo en el Tártaro.
Así, cuando Proserpina vuelve al cielo con su madre, Ceres está alegre y los campos fructifican; pero durante los meses que pasa en el Inframundo con su esposo Plutón, la tristeza de la diosa hace que la tierra se vuelva estéril.

lunes, 14 de marzo de 2011

Miguel Delibes

El 12 de marzo de 2010 murió Miguel Delibes. Profesor de la Escuela de Comercio, periodista director del Norte de Castilla. Académico de la Lengua, premio Cervantes y, sobre todo, maestro de la palabra que nos ha dejado un enorme legado.

Vaya aquí nuestro pequeño homenaje.


Cipriano Salcedo fue uno de los muchos vallisoletanos que, mediado el siglo XVI, creyeron que la instalación de la Corte en la villa podía tener carácter definitivo. Valladolid no sólo rebosaba de artesanos competentes y nobles de primera fila, sino que las Cortes y la vida política no daban ninguna impresión de provisionalidad. Al contrario, una vez llegado el medio siglo, el progreso de la ciudad se manifestaba en todos los órdenes. Valladolid crecía, su caserío desbordaba los antiguos límites y la población aumentaba a un ritmo regular. “No cabemos ya dentro de la muralla”, decían orgullosos los vallisoletanos. Y ellos mismos se replicaban: “Construiremos otra mayor que nos acoja a todos”. Un visitante flamenco, Laurent Vidal, decía de ella: “Valladolid es una villa tan grande como Bruselas”. Y el ensayista español Pedro de Medina medía la belleza de la Plaza Mayor por los huecos que ofrecaía al exterior: “¿Qué decir ade una plaza con quinientas puertas y seis mil ventana?”…


El hereje. Capítulo XI

jueves, 3 de marzo de 2011

Rodolfo Serrano

Es un periodista nacido en 1947. Está casado y tiene tres hijos. Ha escrito varios libros, algunos de ellos con Daniel su hijo mayor. También ha compuesto algunas letras de canciones.
Semana para ti
Te recuerdo los lunes y los martes.
Y te he de confesar que todavía
me llega como el roce de tus dedos
tu mirada de aire y de agua fría.

Te recuerdo los miércoles y jueves.
Esa piel donde todo estaba escrito:
los versos de Neruda y los papeles
de amor que te dejaba entre los libros.

Te recuerdo los viernes y los sábados.
Tu pelo con olor a madreselva.
Tu pecho como un pájaro asustado.

Los domingos me acuesto entre tus manos.
Beso despacio el sueño. Callo y bebo
sorbo a trago mi nombre de tus labios.


Un poema para el fin de semana
A veces, en la calle, al volver una esquina
aparece, ante ti, un gesto, un rostro.
Y es como si todo,
la pasión por la vida, mismamente,
se hiciera en un instante
el segundo preciso
para salvar el día que comienza.
Y percibes
el roce de una mano o ese fresco
aroma de la hierba y de la lluvia.
Si te fijas un poco,
verás correr ante ti las lagartijas
que en las tardes de siesta perseguías
cuando madre
trasteaba en el patio y en la torre
escuchabas el tac-tac de la cigüeña.
Son minutos escasos,
los precisos
para saber al fin que el paraíso
viaja en el autobús
y que te abre
sus puertas para entrar y la manzana
es más dulce si, al final, esta prohibida.